Te miro...
Me miras...
Te miro...
Me miras...
Te fuiste lejos...
cerrando tus pesados ojos,
hallando tu largo camino,
y alcanzando el infinito vuelo.
Te fuiste lejos,
tan lejos que tus profundas pisadas
se convirtieron en la luz de tus alas,
las que, desplegadas, se esfumaron
y dejaron huellas cerca de las montañas.
Ahora solo me queda el consuelo
de tu paternal abrazo en mis sueños,
de tu sonrisa y sosiego.
Te fuiste lejos...
pero aún tu recuerdo perdura en mi soledad,
en el dolor de la bruma de mi lágrima
y el despertar de mi agitada tempestad.
Paseando entre las orillas del mar,
fulminadas como fuegos,
entro en el éxtasis de tus ojos;
ellos mismos alertan el sentido de mi calma.
Paseando entre las grietas de este dolor,
caminando entre destrozos que hacen añicos,
entre trozos de cristales que se clavan en mi alma,
que sangrienta a mi desconsolado corazón.
¡Duele tanto escuchar tus falsas palabras!
¡Duele pasear entre recuerdos vividos!
Entre olvidos que pintan de colores oscuros,
son efímeros y eternos como fluidos de agua,
y como mariposas moribundas que cierran sus alas.
Paseando entre las orillas del mar,
oigo la soledad apagar lentamente las llamas,
mientras que la luna me sonríe y habla,
y escucho la voz de mi silencio en calma.
La melodía de tu mirada,
¡Me abraza hacia la distancia de tus besos!
Entre despertares que se convierten
en inmensos sueños escritos,
tintas negras y plasmadas en versos.
La melodía de tu mirada,
¡Es el misterioso secreto que quiero descifrar!
¡Es cada momento en tus ojos que hacen parar el tiempo!
¡Es el argumento que quiero escuchar!
Y el intenso suspirar que quiero sentir
en el reposado e iluminado silencio.
La melodía de tu mirada,
se oye muy de cerca y lejos;
es una suave caricia que musicaliza
mi deseo de amarte cada momento.
Es una corriente de sentimientos
que me electrizan los sentidos
cada vez que yo te pienso.
¡La melodía de tu mirada me calma como sosegada ola del mar!
Y me eleva hasta lo más alto del firmamento.
Te miro... Y tú me contemplas con tu cristalina mirada, haces revolotear todas mis entrañas. Me miras... Te contemplo entre la brisa que cae...