Nunca había volado tan alto,
alcanzando la cima de un sentimiento,
¡Tanta pasión me quema!,
¡Tanto amor me sube por las entrañas!,
bruscamente me olvido del miedo
y me fascinas con tus palabras.
Imagino montañas, altas cumbres,
me lanzo al vacío y oigo tu voz que me seduce,
ese despertar vertiginoso me atrapa de tu encanto.
Y tú, hombre...
¡Me dejas el alma desnuda!,
me haces sentir la adicción de tu presencia,
te atrapo entre miradas, entre corduras,
entre tanta chispa de fuego que enciende mi pecho.
Y tú, hombre...
me desvelas en cada susurrante noche,
y me haces soñar entre mi suave almohada y lecho.
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