Te observo y siento que el tiempo es lento,
como el tic tac de las agujas que hace palpitar
entre el reloj que yo llevo en mi pecho.
Te miro, y tu mirada me revive,
entre este inmenso sentimiento
que fluye en el camino de mi alma
hasta el eco del silencio.
Y sigo mirándote...
¡No me canso de hacerlo!
porque tus ojos son mi alegría
y dan esperanza a lo que siento.
Y sigo soñando contigo...
de día y de noche
hasta que las estrellas se agoten
y el universo me despierte
por la lluvia de tus besos.
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