Mi dulce tempestad,
embarca en mi oscura soledad
el de no poder estar
en el mar de tu suspirar.
Recorres mi mente,
alcanzas el fuego
de los perdidos sueños,
donde tú siempre estarás
como nube en mi despertar.
Te miro... Y tú me contemplas con tu cristalina mirada, haces revolotear todas mis entrañas. Me miras... Te contemplo entre la brisa que cae...
No hay comentarios:
Publicar un comentario