Oigo el latir de un estruendo,
el suspirar de mi corazón,
la infinidad de tu grandeza,
es como un ávil sentimiento
que me atrapa sin razón.
¡Olvidarte no puedo!
aunque lo intente cada día,
¡Olvidarte eso nunca!
aunque se apague el universo.
¡Olvidarte no puedo!
aunque las estrellas se alejen,
y la luna ya no brille
en su noche celeste.
¡Olvidarte no puedo!
por más tiempo que pase
tu siempre encenderás mis deseos.
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